domingo, 30 de septiembre de 2012

“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan.)”

¿Qué necesidad tenía de ser gigante? Era de las que vivía en un jardín. No voy a decir que su infancia fue buena, sería mentira. Su comida favorita era el chocolate. La encantaba dibujar, era algo que le hacía salir del mundo, irse a aquellos sueños cargados de magia. Odiaba su nombre, hasta que un día, un extraño le dijo que a él si le gustaba y que ni se le ocurriese cambiarlo. Aquella misma tarde le regaló el libro del Principito. Recordando su historia era imposible no suspirar. Era tan pequeña que me parecía increíble como había sido capaz de aguantar tanto. A menudo sueño con que tengo a esa niña enfrente de mi, la abrazo y mientras la digo que sea fuerte, lloro. Jamás volveré a verla, es cierto. Había pasado noches enteras en ese bosque, con su padre. Aprendiendo de las estrellas, viviendo de lo poco que tenía. Un día decidió marcharse, hoy la echo de menos.


"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante"

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